28 de octubre de 2025

Modus operandi Vs. firma

En el análisis de la escena del crimen, los investigadores se enfrentan a un rompecabezas de conducta humana. Para poder resolverlo, hay que saber diferenciar entre modus operandi y firma, dos conceptos que, en ocasiones, se solapan. Así, entender su diferencia es lo que permite pasar de reconstruir qué pasó a vislumbrar quién lo hizo.


El modus operandi


Son los pasos funcionales y aprendidos que lleva a cabo para lograr su objetivo con eficacia y minimizar el riesgo. Puede entenderse entonces, grosso modo como el «manual de instrucciones» del delincuente para cometer el hecho. El modus operandi (MO) incluye, entre otras cosas:
  • La elección de la víctima, si se trata de oportunidad o ha sido planeada.
  • La herramienta o arma que utiliza.
  • La forma de acceder al lugar, bien forzando una cerradura, trepando un muro…
  • Cómo asegura o controla la situación.
  • Su vía de escape.
La característica principal del MO es que no es estático, sino algo dinámico y puede evolucionar. Por ejemplo, un ladrón puede empezar forzando ventanas con una palanca, pero si descubre que las cerraduras son más débiles, cambiará su MO y empezará a usar ganzúas; aprende de sus errores y adapta su método para ser más eficiente.


 La firma


Aquí es donde el análisis se vuelve más profundo y oscuro. La firma no tiene nada que ver con la funcionalidad del delito, sino con actos superfluos, ritualísticos y repetitivos que el victimario lleva a cabo para satisfacer una necesidad psicológica urgente y profunda y no para completar el crimen. Son acciones que a menudo alargan el riesgo y no aportan ningún beneficio. Es algo así como la «tarjeta de visita psicológica» del delincuente, su sello personal. 

La diferencia fundamental entre ambos radica en que el MO es racional y la firma es emocional; el primero busca la eficiencia y la firma la realización. A diferencia del MO, la firma es rígida y constante; puede refinarse, pero la necesidad subyacente permanece.


Dos herramientas para dos objetivos distintos


En una investigación, los investigadores usan el MO para conectar casos de forma táctica. Sin embargo, es la firma la que permite conectar los crímenes de forma psicológica con mucha más fuerza. Cuando se encuentran rituales similares en escenas aparentemente desconectadas, se abre la puerta a la perfilación criminal, porque se está ante la misma necesidad patológica expresándose una y otra vez.

La tensión entre el método que cambia para sobrevivir y el ritual que se repite para satisfacerse, define la búsqueda de algunos de los criminales más complejos.





15 de noviembre de 2023

Efecto halo

Se trata de un fenómeno psicológico ampliamente estudiado que tiene un impacto significativo tanto en la Criminología como en la Psicología. Se refiere a la tendencia humana a formar juicios globales o sesgados sobre una persona o situación basándose en una característica específica o una primera impresión.

En la Criminología puede manifestarse de varias maneras. Por ejemplo, cuando un individuo es arrestado por un delito grave, es habitual que la sociedad lo estigmatice de manera general, asumiendo que es inherentemente peligroso o inmoral. Este sesgo puede llevar a prejuicios en el sistema de justicia penal y afectar la imparcialidad en los juicios.

Del mismo modo, en Psicología, el efecto halo se relaciona con la formación de impresiones y juicios sobre las personas. Un ejemplo común lo encontramos cuando un terapeuta trata a un paciente; si este muestra una característica inicialmente positiva, como puede ser el caso de la amabilidad o la inteligencia, el terapeuta puede tender a percibir al paciente como saludable a nivel psicológico, incluso si existen problemas subyacentes. Del mismo modo, si el paciente presentara una característica negativa, como irritabilidad o falta de cooperación, es más probable que se le diagnostique con trastornos o problemas psicológicos, a pesar de que estos no sean necesariamente el caso.

En conclusión, el efecto halo es un fenómeno psicológico que puede distorsionar la toma de decisiones, llevar a juicios injustos y perpetuar estereotipos perjudiciales en ambos campos. Concientizar sobre su la existencia es primordial para abordar esta problemática y promover una toma de decisiones más justa y objetiva.









8 de septiembre de 2023

Hurto Vs Robo

En el ámbito legal de España, el hurto y el robo son conceptos que describen delitos contra la propiedad contemplados en el Código Penal. Aunque ambos involucran la apropiación ilícita de bienes ajenos, existen diferencias fundamentales entre estos dos términos en cuanto a su naturaleza y las circunstancias que los rodean.


Hurto.

Según el artículo 234 de nuestro Código Penal se define como la acción de apropiarse de bienes muebles pertenecientes a otra persona sin su consentimiento, y sin recurrir a la violencia ni a la intimidación. En otras palabras, se trata del acto de tomar algo que no nos pertenece sin emplear fuerza o amenaza para obtenerlo. El hurto puede variar en gravedad, y las sanciones previstas dependerán del valor de lo sustraído. De manera general, el castigo puede incluir multas o penas de prisión de hasta 3 años.


Robo.

Conforme al artículo 237 del Código Penal se diferencia del hurto en que involucra la utilización de violencia o intimidación para llevar a cabo la apropiación indebida de bienes ajenos. El robo puede darse en grado de tentativa o consumado, dependiendo de si se logró o no aprehender el objeto robado. Las consecuencias legales para el robo son más severas que para el hurto, con penas que pueden alcanzar hasta 5 años de prisión para casos de robo simple. En situaciones donde se usan armas, se emplea violencia o se causan lesiones a las víctimas, las penas pueden aumentar considerablemente.


Para resumir, la distinción fundamental entre el hurto y el robo en el marco legal español radica en el empleo de la fuerza o la intimidación. Ambos delitos acarrean implicaciones legales que se determinan según sus características particulares y la gravedad de los actos perpetrados. En definitiva, la normativa penal establece claros parámetros para distinguir y sancionar ambos con el objeto de garantizar la justicia y la seguridad en la sociedad.







31 de agosto de 2023

Panóptico

En el ámbito de la criminología este concepto ha sido fundamental para comprender las dinámicas de vigilancia y control en las instituciones penales y sociales.

El panóptico fue concebido por el filósofo Jeremy Bentham en 1785. Su diseño arquitectónico consistía en una estructura circular con celdas dispuestas en anillos concéntricos alrededor de una torre central de vigilancia. Esta disposición permitía que un único carcelero, ubicado en la torre pudiese observar a todos los prisioneros sin que estos pudieran determinar si estaban siendo observados en un momento concreto o no. Bentham imaginó que este diseño inculcaría la autocensura en los reclusos, creando así un sentido de constante vigilancia y disciplina.


Ejemplos Emblemáticos

Uno de los ejemplos más conocidos de aplicación es el de la prisión de Pentonville en Londres, la cual fue inaugurada en 1842. Siguiendo los principios de Bentham, esta prisión adoptó un diseño similar al panóptico, con celdas radiales que permitían la observación constante de los reos. Otro ejemplo es la prisión de Presidio Modelo en Cuba. Ambos ejemplos reflejan cómo el panóptico influyó en la planificación arquitectónica de las instituciones penales.


En el presente

Aunque los diseños arquitectónicos panópticos clásicos pueden ser menos comunes hoy en día, el concepto subyacente de vigilancia y control sigue siendo relevante en la criminología actual; la tecnología de vigilancia, como las cámaras de circuito cerrado y el monitoreo digital, ha transformado la forma en que se ejerce el control en las instituciones penales y en la sociedad en general. Además, el debate sobre la privacidad y la ética en la vigilancia continúa siendo un tema candente.


En definitiva, el panóptico ha dejado una marca indeleble en la criminología al resaltar la importancia de la vigilancia y el control en el ámbito penitenciario. Aunque los diseños arquitectónicos tradicionales puedan haber evolucionado, su legado persiste en la era digital. Como señala Foucault, "el panóptico no se encuentra únicamente en los edificios de mampostería; tiene una presencia más general". Por lo tanto, el análisis de su historia y su influencia continúa siendo crucial para comprender el panorama actual de la criminología y la vigilancia.







28 de agosto de 2023

El impacto de los medios de comunicación en la percepción del delito

Colaboración.

Autoría: C. Bahillo. 

La relación simbiótica entre los medios de comunicación y la percepción pública del delito ha sido objeto de un continuo escrutinio en los últimos tiempos por parte de la sociedad. 

La representación mediática del crimen desempeña un papel preponderante del pensamiento y la idea existente acerca de la seguridad y la delincuencia. Los medios, en busca de captar la atención de su audiencia, tienden a enfocarse en crímenes sensacionalistas y violentos. Esta selección sesgada puede distorsionar la percepción general de la incidencia y la gravedad de diferentes delitos en nuestra sociedad. La perpetuación de este tipo de crímenes en la cobertura mediática, no hace más que contribuir a la creación de una apreciación negativa y desproporcionada del entorno de seguridad.

Una consecuencia directa de esta representación exagerada es la construcción de estereotipos y sesgos en la sociedad; la forma en que los medios muestran a ciertos grupos étnicos, géneros y clases sociales en relación con el delito, puede fomentar prejuicios arraigados y moldear de forma negativa actitudes. Estos estereotipos no sólo distorsionan la comprensión del crimen en sí, sino que también pueden influir en la administración de justicia penal y en las políticas criminales.

La influencia de los medios de comunicación no se limita a la percepción de la audiencia, sino que también se extiende a la esfera política y la opinión pública; la cobertura mediática intensiva de ciertos casos puede ejercer presión sobre las autoridades, dando lugar a decisiones influenciadas por la emoción del momento en lugar de un análisis racional y basado en evidencia. En un sentido más amplio, esta influencia puede afectar la formulación de políticas, llevando a enfoques reactivos en lugar de medidas basadas en la prevención y la evidencia.

La criminología emerge como una disciplina crucial en el análisis de cómo los medios de comunicación dan forma a la conceptualización del delito. La educación mediática surge como una estrategia para empoderar a la sociedad con herramientas críticas que les permitan interpretar y evaluar la información presentada por los medios. La promoción de la alfabetización mediática puede dotar a las personas de la capacidad de reconocer sesgos y estereotipos en la cobertura mediática, fomentando de ese modo una comprensión más matizada y equilibrada del delito.

En conclusión, la influencia de los medios de comunicación en la percepción del crimen en nuestra sociedad es innegable y plantea desafíos significativos. La representación selectiva, la construcción de estereotipos y la influencia en la opinión pública deben ser examinados críticamente. Mediante la colaboración entre criminólogos, periodistas y educadores, es posible fomentar una percepción más informada y equilibrada del delito.