18 de diciembre de 2020

El asesino múltiple. Asesinos (I)

 El asesino múltiple es aquel que, como indica su nombre, mata a más de una persona. Dependiendo del lugar, si existe o no periodo de enfriamiento -tiempo que transcurre entre una muerte y otra- y la victimología, hablaremos de distintos tipos de asesinos múltiples.


Asesino en masa

También llamado asesino múltiple en un solo acto

Es aquel que, en un único episodio y en un único lugar, acaba con la vida de más de tres víctimas. O lo que es lo mismo, en una sola acción y en una única escena, mata al menos a tres personas.

Actúa como consecuencia de una falta de control. Algún tipo de situación le desestabiliza  recurre a ese acto para buscar de nuevo esa estabilidad perdida.

La mayoría de los asesinos en masa son varones, de aproximadamente 40 años y sin pareja estable -solteros o divorciados-, además de ser sujetos socialmente aislados.

Suelen actuar solos y puede que padezcan algún tipo de trastorno mental.


Asesino frenético (spree killer)

Se trata del asesino que mata al menos dos personas en un corto espacio de tiempo pero en lugares diferentes.

Ese espacio de tiempo no se considera periodo de enfriamiento, sino tiempo de movilidad geográfica del asesino. El asesino no 

En ocasiones, este tipo de asesino se suicidan antes de ser detenidos o bien propician lo que se conoce como suicide by cop -obligan a la policía a matarlos-.

Apenas existen estudios sobre este tipo.


Asesino en serie

Aquel que comete al menos tres asesinatos, en lugares diferentes y separados en el tiempo -periodo de enfriamiento emocional-. En referencia al número de crímenes, autores como el Dr. Soto indican que deben ser dos o más víctimas.

No obstante, hablaremos de este tipo de criminales más adelante.







Referencias

Garrido, V. (2018). Asesinos múltiples y otros depredadores sociales. Ariel
Velasco, P. (2018). Criminal-mente. Ariel

15 de diciembre de 2020

Herencia Vs ambiente

Un debate clásico es la relación entre la herencia y el medio, o lo que es lo mismo, qué influencia tiene sobre lo que somos la genética y lo aprendido. 


¿Nacemos o nos hacemos? Dentro de la Psicología existe un amplio abanico de modelos teóricos  que defienden la biología para ser quienes somos, pero también otros que adoptan la idea de que  eso es propio de los factores sociales.

Durante la Ilustración aparecieron pseudociencias como la fisionomía o la frenología que trataban  de demostrar si una persona mostraba una tendencia a cierta conducta, por ejemplo, delictiva.  Pensemos que en aquella época los frenólogos colocaban sus manos en la cabeza de la gente y, por  la forma que ellos apreciaban del cráneo, se atrevían a pronosticar si aquellas personas eran o no criminales. Por suerte apareció la psiquiatría  para negar aquello, perdiendo así adeptos y terminando por llegar el declive de esa pseudociencia  abanderada por Gall Spurzheim.

Si nos centramos en la parte puramente genética, ¿acaso si un padre es de una determinada  manera, eso hace que su prole sea igual por ese legado biológico? Diría que no.
Efectivamente  tenemos una predisposición genética a ser de una manera u otra, pero la biología no es  determinante, de ahí que entre en juego el factor social. En palabras de la criminóloga y jurista Paz Velasco, somos biología pero también cultura.

Aquí entra otra frase en juego: donde fueres haz lo que vieres. Y es que las personas aprendemos  conductas. El entorno en el que vivamos -principalmente en las primeras etapas de la vida- es  fundamental para forjar nuestra conducta y personalidad. 

Como ejemplo, volviendo al tema de la criminalidad, si los padres de un niño son delincuentes,  habrá constancia de ello en su herencia genética. Sin embargo, si fue separado de ellos  tempranamente y criado en un ambiente con buenos valores, será muy difícil que ese niño se  convierta en delincuente. 

En resumen, no existe una determinación pero sí predisposición genética. Y el entorno en el que se  crezca será prácticamente fundamental para convertirnos en quienes somos.






Imagen: Esther Claver (portada de vídeo)


Referencias

García Gómez, A. M. (diciembre de 2009). ¿Cómo nos influye la herencia y el ambiente? Recuperado  el 1 de octubre de 2019, de Contribuciones a las Ciencias Sociales: www.eumed.net/rev/cccss/06/amgg.htm 
Oliva, A. (1997). La controversia entre herencia y ambiente. Aportaciones de la genética de la  conducta. En Apuntes de psicología (51, págs. 21-37). 
Tarpy, R. M. (2010). Aprendizaje: teoría e investigación contemporáneas. Madrid: McGraw-Hill.
Velasco de la Fuente, P. (2018). Criminal-mente. Barcelona: Ariel.