Un debate clásico es la relación entre la herencia y el medio, o lo que es lo mismo, qué influencia tiene sobre lo que somos la genética y lo aprendido.
¿Nacemos o nos hacemos? Dentro de la Psicología existe un amplio abanico de modelos teóricos que defienden la biología para ser quienes somos, pero también otros que adoptan la idea de que eso es propio de los factores sociales.
Durante la Ilustración aparecieron pseudociencias como la fisionomía o la frenología que trataban de demostrar si una persona mostraba una tendencia a cierta conducta, por ejemplo, delictiva. Pensemos que en aquella época los frenólogos colocaban sus manos en la cabeza de la gente y, por la forma que ellos apreciaban del cráneo, se atrevían a pronosticar si aquellas personas eran o no criminales. Por suerte apareció la psiquiatría para negar aquello, perdiendo así adeptos y terminando por llegar el declive de esa pseudociencia abanderada por Gall Spurzheim.
Si nos centramos en la parte puramente genética, ¿acaso si un padre es de una determinada manera, eso hace que su prole sea igual por ese legado biológico? Diría que no.
Efectivamente tenemos una predisposición genética a ser de una manera u otra, pero la biología no es determinante, de ahí que entre en juego el factor social. En palabras de la criminóloga y jurista Paz Velasco, somos biología pero también cultura.
Aquí entra otra frase en juego: donde fueres haz lo que vieres. Y es que las personas aprendemos conductas. El entorno en el que vivamos -principalmente en las primeras etapas de la vida- es fundamental para forjar nuestra conducta y personalidad.
Como ejemplo, volviendo al tema de la criminalidad, si los padres de un niño son delincuentes, habrá constancia de ello en su herencia genética. Sin embargo, si fue separado de ellos tempranamente y criado en un ambiente con buenos valores, será muy difícil que ese niño se convierta en delincuente.
En resumen, no existe una determinación pero sí predisposición genética. Y el entorno en el que se crezca será prácticamente fundamental para convertirnos en quienes somos.
Referencias
García Gómez, A. M. (diciembre de 2009). ¿Cómo nos influye la herencia y el ambiente? Recuperado el 1 de octubre de 2019, de Contribuciones a las Ciencias Sociales: www.eumed.net/rev/cccss/06/amgg.htm
Oliva, A. (1997). La controversia entre herencia y ambiente. Aportaciones de la genética de la conducta. En Apuntes de psicología (51, págs. 21-37).
Tarpy, R. M. (2010). Aprendizaje: teoría e investigación contemporáneas. Madrid: McGraw-Hill.
Velasco de la Fuente, P. (2018). Criminal-mente. Barcelona: Ariel.
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